La hipoacusia o pérdida auditiva, también conocida popularmente como sordera, se refiere al déficit funcional total o parcial para escuchar los sonidos en uno o en ambos oídos; es la reducción de la agudeza auditiva y se mide en Decibelios (dBHL).
Su tipología es amplia y llena de matices. Se dice que una persona tiene hipoacusia cuando su umbral de audición es igual o mayor de 25 decibelios, pero, sin embargo, no siempre se presenta de la misma manera. Hay diferentes tipologías de hipoacusia y su clasificación también puede variar.
Según BIAP (Bureau Internacional de Audiofonología) y FIAPAS (Confederación Española de Familias de Personas Sordas), los diferentes niveles de sordera atienden a criterios basados en el momento de adquisición, la localización de la lesión y el grado de pérdida auditiva. A continuación detallamos las tipologías principales (cuantitativa, topográfica, cronológica) y añadimos la sordera unilateral y bilateral.
Hipoacusia cuantitativa: según el grado de pérdida auditiva.
Aquí se tiene en cuenta el grado o la cantidad de pérdida auditiva que existe. Para identificarla se parte de que la audición normal, en la que se pueden oír sonidos suaves, está por encima de 20 dBHL. A su vez, podemos clasificar este tipo de hipoacusia en:
- Pérdidas auditivas leves: el umbral de audición está situado entre 20 y 40 decibelios.
- Pérdidas auditivas medias o moderadas: la pérdida auditiva se sitúa entre 41 y 70 decibelios.
- Pérdidas auditivas severas: la pérdida auditiva estaría entre los 71 y 90 decibelios.
- Pérdidas auditivas profundas: el umbral de audición estaría por encima de los 90 decibelios.
Hipoacusia topográfica: según el lugar donde está localizada la lesión auditiva.
Es aquella que atiende a la localización de la lesión causante de la discapacidad auditiva y está determinada por el lugar donde se halla. Pueden subclasificarse en:
- Hipoacusia de conducción o de transmisión: las alteraciones se presentan en la transmisión del sonido, a través del oído externo y medio. Se deben, principalmente, a la obstrucción del conducto por un tapón de cera o por sufrir una otitis, por ejemplo. Normalmente afecta a la percepción de sonidos graves y de intensidad baja. Se escucha con dificultad o incluso puede no llegar a oír cuando la voz es baja o en forma de susurro.
- Hipoacusia de percepción o neurosensorial: en este caso, las lesiones están en el oído interno o en el nervio auditivo. Normalmente son ocasionadas por una alteración de la cóclea y presentan lesiones de las células del nervio auditivo.
- Hipoacusia mixta: las alteraciones se producen al mismo tiempo en las dos áreas, es decir, se presentan problemas tanto en el oído externo o medio y también en el interno
Hipoacusia cronológica: según el momento en que aparece la pérdida de audición
Es aquella que atiende al momento en el que apareció la pérdida auditiva e incide en la adquisición del lenguaje. La edad en la que aparece la sordera es muy importante, ya que las repercusiones sobre el habla serán muy distintas si aparece antes o después de haber adquirido el lenguaje. A su vez, la hipoacusia cronológica puede ser:
- Prelocutiva: la pérdida auditiva está presente antes de que se haya desarrollado el lenguaje. Nada más nacer. En este punto es muy importante resaltar la importancia de los Programas de Detección Precoz que existen para los recién nacidos, ya que las perspectivas de mejora aumentan, considerablemente, si se detecta a tiempo.
- Perilocutiva: cuando la discapacidad sobreviene mientras se adquiere el lenguaje oral. Durante la infancia.
- Postlocutiva: la pérdida auditiva aparece cuando ya existe lenguaje y las adquisiciones lingüísticas están consolidadas. En la adolescencia, en la vida adulta o la vejez.
Hipoacusia unilateral o bilateral: según el oído al que afecta la discapacidad auditiva
La sordera puede que afecte a un oído (unilateral) o a los dos (Bilateral. simétrica y asimétrica, dependiendo de la importancia). Obviamente, las consecuencias de cada una son diferentes.
Ayudas técnicas para la hipoacusia
En los últimos años, muchas empresas tecnológicas están empezando a apostar por tecnologías que faciliten la accesibilidad de las personas con discapacidad, y en concreto de las personas con dificultades de audición. Visualfy, por ejemplo, ha creado un dispositivo que reconoce los sonidos del hogar y los traduce en señales visuales accesibles. Te invitamos a conocerlo un poco más aquí.
Como ves, la tecnología se posiciona como una de las fuertes aliadas de la discapacidad auditiva en una sociedad en la que las personas sordas o con pérdida auditiva se encuentran grandes barreras de comunicación.