La crisis del coronavirus supone para la Humanidad un reto sin precedentes que todos estamos aprendiendo a afrontar casi al minuto. Como en toda emergencia, el acceso a la información en tiempo real es clave poder protegernos, mantener la calma y cuidar de nuestras familias. Las personas sordas nos encontramos estos días con un problema adicional, la falta de accesibilidad en hospitales y centros médicos, que no se ha considerado una prioridad hasta ahora y, en estas circunstancias, incrementa la vulnerabilidad de las personas con discapacidad auditiva ante el coronavirus.
Miles de personas, contagiadas o no, estamos confinadas en casa, en situación económica y laboral complicada, otras miles permanecen en hospitales con mayor o menor gravedad, familias enteras están pendientes de tener información sobre sus seres queridos. La situación nos está poniendo a todos a prueba pero, ¿y si además eres una persona sorda y médicos, autoridades y medios de comunicación se expresan en un idioma que no es el tuyo? ¿y si de repente leer los labios es imposible en un mundo con mascarillas? ¿y si seguir una conversación por teléfono te resulta complicado debido a tu pérdida auditiva y no se habilitan otros medios de comunicación ni existen bucles magnéticos en los centros sanitarios? Como puedes imaginar, la angustia se multiplica.
Durante la pandemia, corremos el riesgo de que la brecha de esperanza de vida que ya existe entre personas sordas y oyentes en todo el mundo crezca
De acuerdo con el primer estudio a gran escala realizado con personas sordas en el Reino Unido, publicado en dos revistas médicas en 2015, (BMJ Open / BJGP Paper.), la esperanza de vida de las personas sordas (en países desarrollados) es 5 años menor que la de las personas oyentes, debido al deficiente acceso a la información sanitaria. Por desgracia, la crisis del COVID-19 ha destapado las consecuencias fatales que tiene la falta de inversión en accesibilidad en los sistemas de salud, exponiendo a las personas sordas a un mayor riesgo y ampliando la brecha de salud detectada.
Según un estudio publicado en Reino Unido la esperanza de vida de las personas sordas es 5 años menor que la de las personas oyentes en los países desarrollados. Clic para tuitearLa accesibilidad salva vidas, recuerdan las Asociaciones de Personas Sordas y con discapacidad
¿Está preparado nuestro sistema sanitario para no dejar a nadie atrás en esta crisis? A pesar de las loables medidas e iniciativas apresuradas, implementadas con la ayuda de las asociaciones de personas sordas, la respuesta es NO.
La Fundación Once publicaba hace tan solo un mes un informe sobre la accesibilidad en la atención sanitaria española. ¿Sus conclusiones? Que la Sanidad ha hecho un esfuerzo importante por ser accesible para todos, especialmente en cuanto a barreras físicas, pero que tiene las barreras sensoriales como gran asignatura pendiente. Una vez haya pasado la emergencia, deberemos hacer una profunda reflexión sobre el tema, y las entidades representantes de las personas sordas y con discapacidad apuntan ya las primeras pautas.
La Confederación Nacional de Personas Sordas (CNSE) recuerda la obligación de los poderes públicos de cumplir con el artículo 14.6 de la Ley 27/2007 y poner en marcha “cuantos dispositivos sean necesarios para que los mensajes relativos a la declaración de estados de alarma, excepción y sitio, así como los mensajes institucionales, sean accesibles a todas las personas sordas y sordociegas”. A su cargo está la interpretación de las comparecencias públicas, cuya señal se transmite a todas las televisiones, después de unos primeros días donde las personas sordas quedaron excluidas. La Asociación, como te explicamos aquí, mantiene informadas a las personas sordas, mediante materiales audiovisuales en lengua de signos y con subtítulos, de todo lo relativo a la crisis sanitaria en su web y redes sociales.
Tanto la Federación de Implantados Cocleares AICE como FIAPAS (Confederación Española de Familias de Personas Sordas) están haciendo un gran esfuerzo de comunicación en sus canales. Exigen a las autoridades la incorporación de subtítulos rigurosos y en tiempo real en todas las comparecencias oficiales e información sobre el COVID-19, y que el 112 y teléfonos habilitados para comunicar si tienes síntomas ofrezcan la posibilidad de utilizar whatsapp o texto escrito. Puedes consultar las medidas propuestas por AICE aquí. Desde Fiapas han recopilado testimonios donde las propias personas sordas reclaman medidas para sentirse seguras e informadas. La periodista Vicky Bendito exige que “los distintos informativos de televisión pero también todos aquellos medios de televisión que utilicen un formato audiovisual emitan esa información con subtítulos y el Lengua de Signos”.
Es importante que la información que se emita en directo sobre todo lo relacionado con el #COVID_19 sea accesible para las personas con sordera en tiempo real. Así lo recuerda @Vicky_Bendito #accesibilidad pic.twitter.com/suq4xcyvP0
— FIAPAS (@FIAPAS) March 14, 2020
Hasta aquí el desafío de tener acceso a la información como el resto de los españoles pero, ¿qué pasa si estamos en un hospital o tenemos que acudir a él? ¿cómo nos comunicamos? Algunos hospitales, lamentablemente no todos, cuentan con el servicio de videointerpretación en tiempo real SVisual, para usuarios de lengua de signos. Se trata, según la web de la CNSE, de apenas unos pocos: urgencias de Generalitat Valenciana, Salud Madrid, Ribera Salud y Quirón Salud. En el resto de hospitales se está trabajando en soluciones excepcionales para no dejar sin posibilidad de comunicación a nadie, pero la realidad es que no se invirtió en accesibilidad cuando había tiempo para ello.
Desde AICE recuerdan, además, que las mascarillas hacen que la comunicación entre personas sordas y profesionales médicos sea un desafío. Mientras no sea posible la fabricación de mascarillas accesibles -con ventana transparente– (lejano ahora con la falta de material de protección que padecemos), el uso de medios escritos, tanto en la comunicación con el paciente como con los familiares, resulta imprescindible para garantizar que estén informados en todo momento. No existen datos sobre el número de hospitales que cuentan con bucles magnéticos, reclamados de modo insistente por los usuarios de ayudas técnicas, implantes cocleares y audífonos, y cuando los hay a veces no funcionan o el personal no ha sido entrenado para su uso correcto, algo que tendrá que solucionarse pasada la emergencia.
Las propias personas sordas han querido compartir sus impresiones al respecto, tanto en redes sociales como en los medios de comunicación. Recientemente La Voz de Galicia publicaba un artículo titulado “Leer los labios en tiempos de mascarillas”. En él Luís Martín, asociado de APSOU explicaba: “como nuestra discapacidad no es visible, al no llevar bastón o ayuda técnica, nos está costando mucho trabajo explicar que pertenecemos a este colectivo. (…) Hay que pensar que una persona sorda infectada, sin poder comunicarse, sin explicar lo que realmente le pasa o sin entender lo que le están diciendo da verdadero miedo.” Por último recordaba la importancia de contar con intérpretes en los hospitales: “eso afectaría a su relación de información diaria con el médico y, además, psicológicamente al paciente.”
El CERMI ha reclamado a la OMS que se dicten urgentemente directrices mundiales sobre cómo tratar adecuadamente a las personas con discapacidad en la gestión de la pandemia. “Deben considerarse prioritarias en la atención sanitaria y social, por su mayor exposición objetiva al impacto de la crisis de salud y social, y a un trato desigual u omisivo”, sostienen.
Mientras llegan estas directrices y la accesibilidad avanza a trompicones de realidad, las personas sordas, como el resto de españoles, aplauden a los sanitarios, fuerzas de seguridad, personal de supermercados y a todas las personas que continúan trabajando por el bien de todos. En Visualfy hemos recopilado algunos de estos aplausos, y te animamos a que nos hagas llegar el tuyo aquí para apoyar a los que están luchando en primera línea, y pedir a las autoridades una sanidad que nos incluya a tod@s.