Se trata de un proyecto sobre el Síndrome de Usher tipo 1, es decir, de personas que nacen con sordera profunda y pérdida de visión (RP) que aparece más tarde, sobre la adolescencia.
Este proyecto está financiado por la Unión Europea (H2020) con casi 6 millones de euros.
El objetivo es investigar el uso de un medicamento huérfano, es decir un medicamento que las empresas farmacéuticas no venden por motivos financieros, ya que va dirigido a un grupo reducido de pacientes, como es el colectivo de personas con Síndrome de Usher.