Además, el 62% no usa cascos de protección durante la caza porque dicen que no les permite oír los sonidos del entorno y también les molesta para apuntar.
No obstante, disparar sin protección puede tener como consecuencia una pérdida auditiva para siempre, por eso el colectivo de cazadores está considerado un colectivo con un alto riesgo de sufrir niveles de pérdida auditiva altos, ya que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los disparos pueden superar los 150 dB.